La política económica en materia de turismo y su impacto en la configuración de la atmósfera de competencia de los destinos de sol y playa del norocci

La industria turística mexicana a partir de la segunda mitad del siglo XX tuvo un crecimiento considerable respecto a la afluencia de visitantes extranjeros como producto de la reorientación ejercida por parte de las agencias internacionales hacia un turismo de sol y playa; y con ello un incremento en la participación en el Producto Interno Bruto (PIB), de esta actividad económica, ocasionando que a partir de la década de los setentas el gobierno federal estableciera una serie de políticas económicas en torno a este sector que desembocaría en la institución de órganos como el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR). Con la aparición de este tipo de dependencias el gobierno comenzó la creación de nuevos centros turísticos de sol y playa como fue el caso de Cancún, Ixtapa, Zihuatanejo y Los Cabos; que vinieron a competir con los centros turísticos tradicionales como Mazatlán, Puerto Vallarta y Acapulco, creando una nueva atmósfera de competencia. Para el caso del noroccidente mexicano el nuevo escenario de competencia se establecería entre Puerto Vallarta, Mazatlán y Los Cabos, siendo este último el mayor beneficiado por la política económica establecida por el gobierno federal, viéndose reflejado es aspecto como la conectividad, promoción turística, gasto social, educación y salud. La investigación será analizada bajo la óptica teórica del diamante de competitividad de Michael E. Porter, en lo que respecta la importancia que tiene el gobierno en un ambiente de competencia continua por parte de empresas, sectores o regiones; puesto que a partir de la implementación de una política económica se puede favorecer más a unas regiones que a otras.

Yasser Orlando Espinoza García