Retos y oportunidades del actual sistema de partidos(Version revisada)
El PRI fue el partido oficial del país desde 1929 hasta el 2000. En términos de poder, era segundo únicamente al presidente quien era también el presidente ejecutivo del mismo. Hasta la década de los 80s, el PRI gozó de una posición hegemónica, sin partidos de oposición y con un monopolio del poder político mexicano. La situación cambia para mediados de la década de los 80s en la que los partidos opositores comienzan a ganar terreno y se convierten en un reto importante a nivel local, estatal y nacional. A pesar de que la constitución de 1917 hace referencia a la necesidad democrática del gobierno, la realidad es que México no comienza un proceso democrático hasta la última década de los 1900s. La mayor parte del siglo 20 fue dominada por el PRI y sus prácticas clientelares, monopolísticas y antidemocráticas. A pesar de que su gobierno estuvo disfrazado de una fachada democrática, el PRI gobernó mediante fraudes electorales, imposición de candidatos, manipulación del sistema de votos y la amenaza a opositores. Estas prácticas imposibilitaron el surgimiento de un sistema de partidos eficiente y competitivo, y durante décadas el sistema de partidos simplemente sirvió para mantener la fachada democrática del PRI. La realidad a 15 años de la alternancia en el poder no es muy diferente, el sistema de partidos mexicano aún no se encuentra consolidado y los partidos opositores aún no logran ofrecer una alternativa viable a los ciudadanos, esto ha complicado aún más la consolidación del proceso democrático. Esta investigación analiza la situación del sistema de partidos políticos contemporáneo y busca corroborar la hipótesis de que un sistema de partidos funcional y consolidado es crucial no sólo para el proceso de transición sino en la consolidación misma de la democracia en México.