Campañas políticas, redes sociales y calidad de la democracia. Guadalajara 2015.
La irrupción de las redes sociales en el desarrollo de las contiendas electorales han venido a erosionar la hegemonía que los medios de comunicación de masas mantenían sobre tales procesos. Sin llegar a despojar la centralidad de los medios respecto a la visibilidad pública de los asuntos políticos (Thompson), las nuevas plataformas han sido capaces de disputar, con relativo éxito, su hegemonía en el establecimiento de las agendas. Su emergencia ha provocado transformaciones no solo en la configuración del espacio público, sino también en el diseño de las estrategias de comunicación y mercadotecnia política con que se nutren las campañas electorales. Pero, lo más importante, es que han convertido a cada ciudadano en un potencial comunicador masivo (Castells). Esta condición trastoca de manera fundamental la relación unidireccional y vertical que caracterizaba los procesos de comunicación política entre los actores y ciudadanos. Pero lo más importante, introduce modificaciones cualitativas que repercuten en la calidad de la información, de que disponen los ciudadanos para la cristalización de su preferencia electoral. Este es el aspecto que se aborda en la ponencia. Analizar la incidencia de las redes sociales en los procesos de comunicación política (publicidad política, redes sociales) desarrollados en las campañas electorales a la presidencia municipal de Guadalajara (estado de Jalisco, México) en 2015, específicamente en lo relativo a la calidad informativa de los mensajes. Es decir, si abonan a una mayor calidad democrática (Bobbio, Morlino, Molina y Levine), en los términos que Dahl expresaba al afirmar que “la calidad de la democracia depende directamente de la medida en que los ciudadanos alcancen el mayor y más igualitario nivel de información posible”.
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